Del pesimismo excesivo al optimismo excesivo - Barómetro Coface 4T 2022

El año 2023 comienza con buenas noticias en el frente macroeconómico. En primer lugar, Europa ha evitado una recesión que se veía venir desde hace tiempo. El aumento de la eficiencia y la ralentización de la actividad han provocado una fuerte caída de los precios de la energía y, por tanto, una bienvenida desaceleración de la inflación.

Por último, la perspectiva de un repunte de China en el segundo semestre, aunque muy incierto, también suscita esperanzas en la economía mundial. Esto bastó para que los mercados financieros se desbocaran, tranquilizados por el hecho de que el peor de los escenarios está, de momento, a raya.

Aunque en el fondo estamos de acuerdo, debemos tener cuidado de no caer en la autocomplacencia. Los retos a los que se enfrentó la economía mundial el año pasado siguen siendo pertinentes y la crisis multidimensional que vivimos no está a punto de desaparecer: fragmentación geopolítica, crisis energética, cambio climático, riesgos epidémicos... La transformación del mundo se acelera y genera riesgos que podrían hacer descarrilar los escenarios mejor elaborados.

En este contexto, las evaluaciones de riesgo de Coface han cambiado sólo ligeramente, con 5 cambios para los riesgos país y 16 cambios para los riesgos sectoriales. En términos netos, la tendencia sigue siendo a la baja.

 

La recesión retrocede, la estanflación se afianza

El año 2022 terminó con una nota económica positiva. Las temperaturas suaves y las importantes reservas de gas han alejado el fantasma del racionamiento forzoso para Europa este invierno y las economías europeas deberían evitar así una fuerte contracción de la actividad. Esto ha llevado a Coface a mantener sin cambios su previsión de crecimiento mundial para 2023 en el 1,9%. Nuestro escenario de estanflación en las economías avanzadas y la resistencia general de los países emergentes también se ha confirmado.

Esta continuidad se refleja en nuestras evaluaciones de riesgo: sólo 3 países y 10 sectores son degradados este trimestre, después de 95 en junio de 2022 y más de 50 en octubre de 2022. Mientras tanto, Coface también ha revisado positivamente las evaluaciones para India y Burundi, y seis evaluaciones sectoriales, principalmente en la industria automotriz, gracias a la disminución gradual de las tensiones en las cadenas de suministro.

 

Hacia un descenso (mecánico) de la inflación en el primer semestre de 2023

Si bien la subida de los precios de la energía fue la causa del repunte de los precios al consumo en las economías avanzadas, su moderación condujo a un descenso mecánico de la inflación a finales de 2022. Así pues, la inflación parece haber superado su punto álgido en la zona euro. Lo mismo ocurre en Estados Unidos, donde alcanzó el 6,5% en diciembre, tras haber alcanzado un máximo del 9,1%. Más allá de la moderación de los precios de las materias primas, la caída de la inflación se debe también a la menor contribución de los bienes. Se espera que la desaceleración de la inflación continúe en el primer semestre de 2023 debido simplemente a efectos de base, en la medida en que los precios de las materias primas se mantendrán por debajo de los niveles registrados el año anterior.

En este contexto de relativa resistencia de la actividad, los mercados laborales siguen mostrando resistencia, con niveles de desempleo que siguen siendo históricamente bajos. La tasa de desempleo incluso ha seguido bajando a finales de 2022 en la zona euro, mientras que se mantiene en su nivel más bajo desde hace más de 50 años en Estados Unidos (3,5%), y sólo ha subido ligeramente (del 3,5% al 3,7%) en el Reino Unido. Esta resistencia podría continuar en el primer semestre de 2023: las empresas, que en 2022 se enfrentaron a dificultades de contratación históricamente elevadas, podrían verse tentadas a mantener a sus empleados a pesar de la atonía de la demanda, a la espera de un repunte de la actividad.cadenas.

 

Persisten los riesgos para la economía mundial

Las perspectivas de la economía mundial siguen siendo sombrías para 2023, en un entorno que sigue siendo arriesgado e incierto. La principal fuente de preocupación es la trayectoria de la inflación. Aunque parece estar en marcha una tendencia desinflacionista, sigue pendiente la cuestión crucial de su aterrizaje. El escenario de una vuelta al objetivo del 2% fijado por los bancos centrales de los países avanzados no ha quedado completamente enterrado, pero se vislumbra la posibilidad de que la inflación se estabilice en un nivel superior. La desinflación prevista para la primera parte del año podría interrumpirse antes de alcanzar los niveles fijados como objetivo por las autoridades monetarias, y no puede excluirse un rebrote de la inflación en el segundo semestre.

La recuperación de China también es fuente de incertidumbre. La relajación de las restricciones contra el COVID-19 en el país debería conducir a una recuperación del consumo chino. Pero, como la repentina reapertura vino acompañada de un aumento de las infecciones, el repunte debería ser gradual. Así pues, la normalización de la actividad podría iniciarse a finales del primer trimestre de 2023 y una recuperación más firme debería tener lugar en el segundo semestre, creando las condiciones perfectas para una nueva tormenta en el frente energético y, por ende, en el de la inflación.

Nuestras evaluaciones sectoriales han cambiado poco en comparación con los últimos barómetros. Sin embargo, si bien hay pocos cambios negativos, también hemos decidido realizar algunas mejoras que reflejan la relativa mejora de nuestro escenario económico. Estas subidas corresponden al sector automovilístico de Oriente Medio, donde la demanda sigue siendo fuerte. En la India, la mejora de la situación económica del país ha dado lugar a una reclasificación de la evaluación del riesgo país.

Algunas empresas de sectores anteriormente considerados resistentes -TIC y farmacéutico- también están experimentando dificultades. Los problemas estructurales a los que se enfrentan las empresas farmacéuticas en Europa se están acentuando, en parte como consecuencia de la creciente presión sobre las finanzas públicas. Las empresas de TIC se están viendo «atrapadas» por la situación económica mundial y siguen estando en el centro de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos.

Por último, Europa Occidental vuelve a ser la región con el mayor número de rebajas sectoriales (5 de un total de 11). Aunque las perspectivas a corto plazo parecen menos sombrías, está claro que aún no es el momento de las subidas.

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