Energía: perspectivas y oportunidades del sector en nuestro último podcast

La reciente crisis energética ha puesto en evidencia la dependencia que tienen nuestras economías de los recursos energéticos. Con unos combustibles fósiles cada vez menos disponibles, y una transición necesaria hacia alternativas más descarbonizadas, ¿existe el riesgo de que la energía del mañana sea más cara y esté menos disponible? Seleccionamos las claves del nuevo podcast Trade Talk de Coface, con nuestro economista jefe Jean-Christophe Caffet y Marc-Antoine Eyl-Mazzega, Director del Centro de Energía y Clima del IFRI.

La guerra en ucrania ha afectado al mercado energético, en particular al suministro de gas. ¿Qué análisis podemos hacer del invierno que acabamos de pasar?

 

Jean-Christophe Caffet: El riesgo de una interrupción del suministro de gas natural en Europa era muy real. Sin embargo, no se produjo por varias razones, entre ellas las temperaturas anormalmente altas del otoño y el invierno, que ahorraron a Europa unos 20.000 millones de m3 de gas natural.

La segunda razón es el aumento de la eficiencia de los hogares y los recortes de producción observados en los sectores manufactureros de alto consumo energético. Por último, la política china de "covid cero" ha permitido a Europa asegurarse el suministro de gas natural licuado (GNL). Como consecuencia de ello, ahora disponemos de grandes reservas de gas natural en Europa, lo que es un buen augurio para el próximo invierno.

 

En cuanto al gas natural licuado (GNL), ¿Se han producido cambios estratégicos en términos de suministro y/o construcción de infraestructuras desde la crisis?

Marc-Antoine Eyl-Mazzega: Históricamente, los flujos de gas hacia Europa se realizaban principalmente a través de gasoductos procedentes de Rusia, en dirección este-oeste. Desde que estos flujos de gas ruso a través de gasoductos se han interrumpido en gran medida, hemos pasado en pocos meses a un sistema Oeste-Este. Se trata de un trastorno sin precedentes.

Los actores de los sistemas de transporte de gas han puesto en marcha las medidas técnicas necesarias para invertir los flujos, por ejemplo, para permitir el paso del gas de Francia a Alemania. Alemania, el mayor mercado de gas de Europa, carecía de infraestructuras de importación de GNL, debido a su relación privilegiada con Rusia. Esto ha cambiado radicalmente: en caso de emergencia, el gobierno alemán ordenó el arrendamiento de varias instalaciones flotantes de regasificación, que se instalaron en un tiempo récord, permitiendo a Alemania importar grandes cantidades de gas natural licuado y acceder al mercado mundial del GNL.

Energy sector - Podcast Trade Talk

Tiempo empleado 00:00

Duración total 10:54

¿La reapertura de la economía china y el acercamiento geopolítico entre china y rusia suponen una amenaza a corto plazo para el suministro de gas?

Jean-Christophe Caffet: Rusia no puede redirigir todo su gas natural a China, por tanto, debe enviarlo a otra parte. La demanda china es uno de los principales interrogantes de cara a 2024,  se contrajo bruscamente en 2022 por la política de “Covid cero” habiendo prácticamente desaparecido y se ha ido recuperando paulatinamente al relajarse los confinamientos. La relajación de las restricciones sanitarias en China abre la vía a una reactivación de su economía. Esta es la dirección que prevé Coface, que sugiere una aceleración de las importaciones chinas de GNL, que ya han aumentado un 15% interanual. Eso está muy lejos de hacer temer interrupciones de los flujos de suministro en Europa... y, a primera vista, ¡no debería ser así!

Por otra parte, no tenemos ningún control sobre lo que pueda ocurrir en términos de suministro, ya que siempre pueden producirse interrupciones en las unidades de licuefacción. Si se produjeran interrupciones físicas, serían los países emergentes los que sufrirían, como en 2022, cuando no pudieron igualar los precios de los mercados internacionales de gas natural.

 

Se ha hablado mucho del gas, pero en las crisis energéticas y financieras de las últimas décadas, la atención se había centrado en el petróleo. ¿Cómo está hoy este mercado?

Jean-Christophe Caffet: Sigue siendo estructuralmente tenso, debido a la infrainversión de los últimos diez años y a la ausencia de una recuperación de la producción estadounidense de petróleo de esquisto. Diversas previsiones apuntan a nuevas tensiones en el segundo semestre de 2023, con el mercado en situación de suboferta. Un posible repunte del precio del petróleo por encima de los niveles actuales (en torno a 75 dólares el barril de Brent) podría volver a provocar una situación inflacionista a partir del verano.

Marc-Antoine Eyl-MazzegaSin duda, el parón de la economía china y las tensiones en las cadenas de valor han frenado este aumento de la demanda. Pero va a volver a ocurrir. La producción y la inversión van a escasear, y las alternativas para reducir la demanda de petróleo no se están desplegando con la suficiente rapidez. Así pues, nos enfrentamos a un verdadero desafío. Más aún cuando, políticamente, Arabia Saudí y Rusia, aliados dentro de la OPEP+, han decidido que un precio del petróleo relativamente alto ayudaría a sostener sus economías. En Europa, la demanda está cayendo porque tenemos vehículos de altas prestaciones y estamos desplegando vehículos eléctricos. En el resto del mundo, en cambio, aún queda mucho camino por recorrer, especialmente en los países emergentes, cuyas monedas nacionales se deprecian frente al dólar y para los que el peso del petróleo en sus balanzas de pagos y economías es preponderante.

 

La energía es un componente importante de la inflación: ¿Debemos esperar una inflación duradera?

Jean-Christophe Caffet: Demografía, ralentización del aumento de la productividad, reorganización de las cadenas de valor… hay muchas razones para creer que la inflación será, sin duda, duradera. Los precios de la energía van a subir en los próximos años debido a la escasa inversión en las fuentes de energía actuales, el petróleo y el gas. También nos enfrentamos al reto de invertir en las energías del futuro: las energías verdes y descarbonizadas. Esto representa una cantidad colosal de inversión (entre 3 y 4 billones cada año) para alcanzar el objetivo Net Zero 2050. La energía será, por tanto, un vector de inflación para la economía mundial en los próximos años.

 

La cuestión del abastecimiento energético implica obviamente cuestiones de soberanía nacional y sostenibilidad económica. ¿Qué países tienen más que temer en estas cuestiones?

Jean-Christophe Caffet: Principalmente los países emergentes, en primer lugar los que tienen pocos o ningún recurso energético, pero también los países que dependen en gran medida de la capacidad de importación y de la flexibilidad, que puede desviarse. Algunos de los países emergentes, se enfrentan a una combinación de dificultades: en términos de dotación de recursos, desequilibrios macroeconómicos en el sentido más amplio, desequilibrios exteriores, monedas débiles y escasas reservas de recursos financieros, en particular de divisas. Hay países en esta situación en todos los continentes, sobre todo en África y Asia Meridional.

Marc-Antoine Eyl-Mazzega: En Europa, estamos descubriendo nuevas vulnerabilidades vinculadas a las tecnologías con bajas emisiones de carbono, las cadenas de valor industrial y el hecho de que no hayamos prestado suficiente atención a estas cuestiones en los últimos años. Muchos otros actores han ido mucho más lejos y han tomado posiciones dominantes, como China en la minería, el refinado minero, las tecnologías de movilidad limpia, la energía eólica... China puede producir a muy gran escala y, por tanto, conseguir economías de escala que nosotros no tenemos. Si no reaccionamos, el riesgo es doble: hacer una transición perdiendo empleos y ser muy vulnerables al menor choque geopolítico o geoeconómico. Ahí es exactamente donde estamos en Europa, y por eso necesitamos reactivar nuestra política industrial. ¿Serán suficientes las propuestas que tenemos sobre la mesa? ¿O es demasiado tarde? Esto es lo que está en juego.

 

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